20 Oct 2019
7 min

Llegó a EDP en febrero 2019, procedente del planeta de "consultores y agencias." Joana Mateus llegó en son de paz y nunca se sintió como una extraterrestre, pero todavía ve novedades en gran parte de lo que la rodea.

Aprovechando esta nueva visión de la empresa, decidimos acompañar esta designer para capturar un día en la vida de las personas que trabajan en nuestra sede en Lisboa. Venga con nosotros que el despertador ya ha sonado.  

Buenos días en dos ruedas

Joana realiza el recorrido desde su casa hasta el trabajo en moto. Acostumbrada a combinar la estética y la eficiencia, este medio de transporte parece ser la opción más lógica por las ventajas conocidas y por las condiciones que ha encontrado en EDP.

"Cero problemas con el aparcamiento. Por otra parte, quien se desplaza en moto sabe lo maravilloso que es estacionarse en cualquier lado. Sin embargo, tener un aparcamiento más seguro como el que tengo aquí en EDP es una ventaja por lo que a menudo lo uso", explica con el casco puesto.

El aparcamiento de EDP, que tiene una parte abierta al público y otra exclusiva para funcionarios, fue una sorpresa por su utilidad pero también por su profundidad. "6 pisos subterráneos. ¿Alguien se lo imagina?"

¡Llegar a la fábrica, perdón, museo!

Cuando llega a su oficina en Digital Factory, recuerda las primeras impresiones del "Planeta EDP".

escritorio

"Encontré el espacio más iluminado y abierto de lo que esperaba. En Digital Factory trabajamos en un espacio abierto donde todo el mundo ve a todo el mundo y eso fue importante para sentirme integrada cuando llegué. Además, siento que trabajo en un museo, ¡y eso es hermoso! Es un placer salir de la oficina y ver estas geométricas y gigantescas vigas sobre mi cabeza".

Almuerzo - el menú viene con compañía incluida

A la hora de almuerzo, la cafetería EDP es la opción número 1, lo cual no sorprende. Sin embargo, al contrario de lo que se podría pensar, la comodidad no es el factor más importante. "Es abierta y bonita. Y me permite cruzarme con personas de otras áreas de EDP que en el día a día no veo tanto", argumenta.

Es un espacio de integración entre los colaboradores del grupo y eso se nota por las voces animadas que llegan de las mesas que nos rodean. Pero no sólo los colaboradores de EDP comparten este punto de encuentro. "Ya he invitado y almorzado con amigos aquí en la cafetería".

No podemos olvidar que estamos en una zona caliente de la nueva "movida" de Lisboa- entre el Cais Sodré y Santos - por lo que es normal que la cafetería de EDP comparta su protagonismo con otros puntos de interés gastronómico.

Menos mal que este texto no es una lista para "foodies" - adictos a la comida -, porque no sabríamos qué establecimiento poner en primer lugar. La batalla por el primer lugar sería entre Popular da Bica "un restaurante portugués clásico en el que suelo comer pescado" y el ya famoso Pistola y Corazón, "mi restaurante mexicano favorito en el que tengo la ventaja de poder ir a comer en un día normal".

Espacios, esquinas y rincones

Después del almuerzo, una pequeña caminata entre la zona circundante y el interior del edificio nos lleva a observar los diferentes detalles de la obra del taller Aires Mateus. La conversación llega a la decoración, llena de obras de arte.

Joana, que las ve con frecuencia, se sienta junto a un cuadro de José Pedro Croft para darnos su visión sobre la presencia de todas estas piezas aquí: "Creo que es esencial para una empresa que juega un papel cultural como EDP, con la Fundación EDP y MAAT…, el tener obras con las cuales las personas se cruzan aquí en las oficinas. Así como el atrio, que tiene unas sillas increíbles, se parece al show room de una tienda de muebles".

Pero si hay arte para apreciar en los pasillos, no faltan motivos para salir al exterior durante la hora de almuerzo. No es raro que a veces decida "ir al río o tomar un café con alguien que esté cerca de Cais do Sodré". Y es que con el Tajo ahí, ¿quién no haría lo mismo?

De vuelta a la Factory

Después de la hora de almuerzo y de relajarnos un poco, volvemos al puesto de trabajo. "Digital Factory es un lugar muy concurrido donde todos los días vemos gente diferente. Ya sean personas de EDP que vienen a acompañar los MVP [Minimum Viable Product] que se están desarrollando, o socios con quienes trabajamos… ¡Es una mezcla!", observa con la satisfacción de quien aprecia un poco el frenesí.

Pero la animación no está sólo de este lado del cristal. Dentro y fuera, la vida de los trabajadores de EDP se cruza con la de los que pasan por la calle D. Luís, la de los que caminan por la avenida 24 de Julho y la de los que deciden cruzar el patio que une las dos calles y las dos torres del edificio de la sede. Joana tiene una vista privilegiada respecto a los transeúntes, unos más apresurados y otros más curiosos. "Me gusta que [Digital Factory] esté al nivel de la calle y que desde mi lugar pueda ver sesiones fotográficas de aficionados todos los días, por las personas que atraviesan el patio allá fuera. Eso me divierte".

Una maravilla, incluso para una socia del Club Preguiça

La última parada de esta jornada fue otra agradable sorpresa que Joana encontró en EDP. "Tener un gimnasio a la distancia de solo dos tramos de escaleras es una maravilla y fue por eso que me inscribí. Me gusta más ir al final del día, antes de irme a casa". A pesar de confesar que para ella "asociar la palabra rutina a la palabra gimnasio es chistoso", escucha atentamente las (pocas) correcciones que la entrenadora Rita hace sobre sus ejercicios. 

Los empleados de EDP pueden utilizar las instalaciones todos los días para que puedan luchar contra hábitos de vida más sedentarios. Una lucha a la que la designer no es ajena: "no puedo ignorar el club al que pertenezco como socia convencida: el Club Preguiça. No vengo tanto como quisiera".

Por lo menos hoy, el Club Preguiça no puede reclamar la victoria

El secreto antes de la partida

Antes de despedirnos para que ella pueda continuar su día - la parte del día que no sucede aquí - Joana nos habla de su experiencia hasta ahora. Queremos saber lo que ha cambiado en su vida, dentro y fuera del trabajo, desde que se embarcó en esta aventura. “"Creo que esta respuesta depende de la empresa del Grupo a la que pertenece cada empleado. En mi caso, lo que valoro es la flexibilidad de actividades que puedo realizar entre las 9h a las 18h", comienza por decir.

"En Digital Factory, somos responsables de los proyectos que se nos asignan y semanalmente tenemos puntos de situación en equipo. Otra cosa que era muy importante para mí era mi identidad. Vengo de un mundo más creativo, de organizaciones horizontales, donde no hay código de vestimenta. Y aquí, en Digital Factory, tenemos un equipo abierto y joven que privilegia las diferentes formas de ser, nos tratamos por 'tú', y nos comunicamos por WhatsApp". Por otro lado, no se le olvida que "obviamente esta empresa es grande y necesita estructura, lo cual es nuevo para mí".

Tal vez este enfoque sea el secreto para que la designer pueda equilibrar su vida fuera y dentro de EDP, con su manera de ser y ver el mundo. Intentar siempre sacar el mejor partido de las condiciones que ofrece la empresa forma parte de esa manera de ser, pero también es una forma de seguir aprendiendo, creciendo y manteniendo su mirada curiosa y fresca. Prueba de ello es que no se despide sin antes desvelar un misterio: "Hay una mesa que me gusta porque me intriga. Es una mesa de reuniones sobre un lago totalmente exterior con un enorme jardín vertical y visible desde la calle, pero es algo secreto, nunca he visto a nadie allí". Si tienen más información sobre este lugar misterioso, contacten a Joana. Ya saben dónde pueden encontrarla.