Son cinco los ejes estratégicos en los que la empresa se va a centrar en el período entre 2016 y 2020:

• crecimiento enfocado con inversión neta promedio de 1400 millones de euros por año, entre 2016 y 2020, sobre todo en capacidad renovable con contratos de venta de energía a largo plazo, permitiendo un crecimiento promedio del 3 % anual del beneficio bruto de explotación;



• continuación del desapalancamiento financiero, con el objetivo de lograr una relación de deuda neta / beneficio bruto de explotación (EBITDA) de tres veces en 2020, a partir de una relación ajustada de 4 veces en 2015. Se espera que el coste medio de la deuda descienda hasta el 4,2 % en 2020;



• mantenimiento de perfil de bajo riesgo, pronosticando que 76 % de la capacidad instalada, en 2020, sea renovable y que la media de vida residual de los activos sea de 21 años en el mismo período. El porcentaje del beneficio bruto de explotación, en 2020, proveniente de negocios regulados o con contratos de venta de energía a largo plazo, deberá ser de 75 % en 2020;



• fortalecimiento de la eficiencia es otro eje estratégico y se hará con el nuevo programa de reducción de costes anuales con el objetivo de generar ahorros de 200 millones de euros, en 2020, y 700 millones de euros, acumulados en el período 2016-2020. En consecuencia, la relación de costes de operación por margen bruto deberá caer al 26 %, en 2020;



• retorno atractivo para los accionistas: el dividendo por acción mínimo sube al 3 % de los 0,185 euros en 2015, a 0,19 euros en 2016. El objetivo es que el dividendo por acción represente entre el 65 % y el 75 % de la utilidad neta, por acción, en el período 2016-2020. En cuanto a la utilidad neta por acción deberá crecer, en promedio, un 4 % al año.