La energía es uno de los principales motores de desarrollo de las sociedades actuales.

Fomentar el acceso a este bien es, en el marco de los Objetivos del Milenio, impulsar la lucha contra la exclusión social y la mejora de la seguridad y la calidad de vida de una parte muy significativa de la población mundial.

La propuesta de soluciones energéticas adecuadas para los diferentes mercados que servimos implica dar una respuesta simultánea a diversos desafíos, entre ellos:

  • La liberación de los mercados en un contexto de economías cada vez más globalizadas, competitivas y reguladas.
  • La creciente búsqueda de energía en todo el mundo y la consecuente necesidad de innovar y gestionar los recursos de forma óptima.
  • Una mayor exigencia por parte de la sociedad en lo relativo a la gestión social y medioambiental de las empresas en su entorno de influencia.
  • La necesidad de reducir la huella ecológica de la actividad y de potenciar la cooperación en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad del planeta.
  • La necesidad de reforzar la confianza de las diferentes partes interesadas en los sistemas de gobernanza de las empresas.

Los presentes principios sustituyen aquellos que estaban en vigor desde el 1 de marzo de 2004 y se aplican, en los términos exactos en que están formulados, en todas las empresas del Grupo EDP, incluidas las fundaciones, y en todas las sociedades controladas por EDP.