10 Nov 2022
4 min

Como hobby y sin vergüenza de fallar, la práctica artística puede ser un espacio de mental.

 

El  y la creatividad van de la mano. La reflexión sobre cómo el mindfulness mejora el bienestar mental puede recogerse en esta pregunta: cómo ayuda el entrenamiento de la atención plena a gestionar las experiencias estresantes del día a día? Si el mindfulness actúa como mecanismo de gestión de las emociones a través del entrenamiento de la atención plena, podemos decir que el arte es un fuerte aliado.

En octubre, en el EDP tuvo lugar la campaña Mind your Mind con el objetivo principal de concienciar a nuestra gente sobre la importancia de la salud mental, un tema con el que estamos comprometidos. Hablar de mindfulness y de las diversas prácticas que puede adoptar fue esencial en este contexto.

Por un lado, las prácticas regulares de mindfulness desbloquean la creatividad. A través de ellas, se sale de un modo de funcionamiento mental que a veces es muy restringido y nos condiciona. Esto abre un espacio interno para que la mente se pueda expresar de otras maneras y el aumento de la creatividad es algo que se nota en un practicante habitual.

Pero, por otro lado, la práctica artística también puede ser una puerta de entrada a la relajación, casi como un entrenamiento de la atención. El desarrollo artístico es una de las formas de estar más en contacto con uno mismo, con los acontecimientos emocionales que surgen en el día a día. Probablemente se canalicen de forma más saludable esas emociones dirigiéndolas hacia su expresión artística, en lugar de reprimir lo que uno siente.

La probabilidad de que alguien se convierta en una olla a presión es menor cuando puede expresar sentimientos como la ira, el miedo o la ansiedad con total libertad. No hablamos de la realización de obras maestras o de trabajos artísticos con reconocimiento. Si surge de una actitud interior de aceptación y ausencia de autocrítica, cualquiera puede encontrar una forma de arte que le resulte cómoda. Sin sabotearse a uno mismo, sin miedo a equivocarse y con permiso para experimentar, es posible que cada uno sea un artista en su propio mundo. 

Así lo demuestran algunos empleados de EDP que mantienen prácticas artísticas regulares, algunos como afición, otros de forma semiprofesional. La relajación y la concentración en el momento es lo que destacan y hay un detalle más que queda claro: nunca es tarde para empezar!

Paulo Martins Ferreira - Ethics Officer, EDP

"Empecé a tocar la guitarra clásica a los 12 años y no fue hasta más tarde, a los 18, que decidí aprender a tocar la guitarra portuguesa, pues por aquel entonces entré en la Escuela de Música del Conservatorio Nacional. En casa, siempre tenía acceso a grabaciones de guitarra portuguesa, lo que acabó despertando mi interés. La pasión fue inmediata no solo por ser un instrumento lleno de portuguesismo, sino también por tener características únicas, con una sonoridad envolvente. Más tarde, seguí el mismo camino que todos los guitarristas, recorriendo las casas de fado para practicar. Ahí es donde toco ahora con bastante regularidad.

Creo que todos los músicos reconocen el poder de la música en su bienestar psicológico y emocional. Es un refugio en el que intento liberarme de las preocupaciones del día a día, dejando que mis emociones fluyan a través del instrumento.

El escenario, el público que reconoce y aprecia lo que hacemos, el compartir momentos únicos con otros músicos, son factores determinantes en este bienestar. Yo diría que es una dependencia sana. Tiene efectos fácilmente detectables en mi estado de ánimo y mi capacidad de concentración".

paulo martins tocando la guitarra

Fernanda Fernandes Ferreira - People Manager, Instituto Energias Brasil

"Los trabajos manuales siempre han formado parte de mi vida! Soy hija de costurera y nieta de bordadora, así que puedo decir que, desde pequeña, siempre he jugado con telas, hilos, nuevas puntadas, diseños y combinaciones de colores. Pero hace 5 años me acerqué al bordado, cuando buscaba momentos de descanso y concentración.

Cuando estoy bordando me concentro en el desarrollo de cada puntada, respiro más tranquilamente y puedo silenciar mis pensamientos, porque estoy realmente concentrada en el bordado, en el momento presente. La mayoría de las veces bordo por la noche, después del trabajo. Es prácticamente un ritual de relajación. Confieso que antes de bordar tengo cierta ansiedad, pero una ansiedad positiva: tengo ideas, no paro de pensar en cómo bordar, en los colores, en las puntadas... el proceso creativo. En proceso es una delicia, es un momento de concentración y de gran ligereza. Tengo un rinconcito de la habitación con un cómodo sillón, donde pongo música que me gusta y así no siento el paso del tiempo.

A finales de octubre, empecé un taller de bordado aquí en EDP. Invité a algunos compañeros cercanos a bordar juntos una vez a la semana a la hora de almuerzo. Así, aprovechamos la jornada presencial en la empresa para estrechar lazos, hablar de la vida, reírnos y crear este ritual de bienestar. El bordado es solo una excusa!"

bordado de fernanda fernandes

Vanda Martins - Directora de la Fundación EDP, Espanha

"Recuerdo que, desde muy joven, escuchar el piano me relajaba enormemente, me daba paz, eran momentos en los que estaba conmigo. Hoy, más que nunca, necesito estos momentos de paz y conexión profunda conmigo misma. La música alimenta mi alma.

Empecé a aprender a tocar el piano porque era un sueño que tenía desde niña. Este año decidí seguir mi sueño porque creo que nunca es tarde para aprender, para empezar cosas que son importantes para nuestra felicidad. Tocar el piano es fundamental para mi bienestar mental y, en consecuencia, para las personas que me rodean porque todos estamos interconectados".

vanda fernandes tocando el piano

La vida en EDP

Bienestar y beneficios

Octubre es el mes de la salud mental, pero en EDP, garantizar el bienestar individual es siempre una prioridad. Queremos garantizar una experiencia positiva e impactante para cada uno de nuestros empleados.

tres empleados de edp sonriendo a la cámara