07 Mar 2019
17 min

Como un espejo de la sociedad en general, EDP ha dado largos pasos en el camino de la diversidad, inclusión e igualdad de oportunidades.

"Pienso que, en el mercado de trabajo actual, las mujeres todavía tienen que hacer determinados sacrificios personales para lograr evolucionar profesionalmente. Como existe la tendencia de que las mujeres son las prestadoras primarias de los cuidado de la familia, ellas sienten que, por tener que quedarse en casa con los hijos, o llegar más tarde para llevarlos a la escuela, tienen que compensarlo de alguna forma. Este es el mindset que desgraciadamente todavía está en muchas mujeres y que todavía es promovido por algunas empresas." El testimonio es de Sara Miguéns - mujer, 28 años, colaboradora de EDP.

El camino hacia la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres todavía está siendo recorrido en todo el mundo, con niveles de éxito que difieren mucho según el país y la cultura. La reflexión sobre la condición de la mujer en el siglo XXI es urgente y la están haciendo varias empresas, que han acompañado e impulsado esta evolución social.

¿Quiénes son las mujeres de hoy? ¿Cómo ven la contribución que dan a sus empresas? ¿Cómo se relacionan y construyen sus vidas, entre trabajo y familia? ¿Y cómo son los hombres que comparten con ellas el día a día en la empresa? ¿Sigue siendo tan diferente ser una mujer o un hombre en el siglo XXI?

La igualdad de género es el concepto que define el trato justo para las mujeres y los hombres, de acuerdo con sus necesidades particulares, lo que puede implicar un trato igual o diferenciado, pero siempre equivalente, en términos de derechos, beneficios, obligaciones y oportunidades.

La lucha por los derechos de las mujeres tuvo origen hace más de 600 años, pero ganó especial relevancia con el Movimiento Sufragista del siglo XIX. En ese momento, un grupo de mujeres se enfrentó a la presión de la opinión pública, de sus familias y amigos para exigir el derecho al voto. Se enfrentaron a la policía, incendiaron edificios (vacíos) y destruyeron propiedades, varios actos de valentía, como forma de protestar y alertar sobre la desigualdad de género. 

Pero fue sólo después de la I Guerra Mundial que las mujeres en Europa alcanzaron el derecho al voto. Derechos tan básicos como acceder a la Universidad, poder testificar en el tribunal u obtener el divorcio sólo se hicieron efectivos en el siglo XX. Parece una realidad lejana, especialmente para las generaciones más jóvenes, pero que aún no ha cumplido ni 100 años desde que las portuguesas fueron capaces de acceder a la educación secundaria.

Esta imposibilidad de acceso a la educación ha venido a condicionar el mercado de trabajo a lo largo de varias generaciones. Aunque con diferencias de país a país, durante muchos años hubo profesiones prohibidas para las mujeres, o al menos una tendencia para que ellas buscaran determinadas ocupaciones y no otras, por ser consideradas "de hombre".

Los trabajos más pesados y peligrosos se reservaban a los hombres, pero también las profesiones denominadas más "técnicas". El mercado de trabajo acompañaba la lógica que, durante siglos, dictó la división de tareas dentro de casa: las mujeres se ocupan de la cocina, de las costuras, de los niños; los hombres hacen los arreglos necesarios para el mantenimiento de la casa: canalizaciones, carpintería y electricidad.

Del electricista a la analista de datos

Una empresa con el tamaño de EDP puede considerarse una muestra más o menos fiel de la sociedad en general. Y teniendo en cuenta su campo de actividad, no es de extrañar que, durante muchos años, haya sido una empresa que atraiga mayoritariamente colaboradores masculinos.

Sin embargo, las cosas han cambiado. A partir de mediados del siglo XX, se verificó el aumento del número de mujeres que accedieron a la enseñanza media y superior en las más diversas áreas. El interés que las mujeres llegaron a demostrar en sectores más técnicos, cuando se les dio la oportunidad para ello, también creció.

Por otro lado, la propia evolución tecnológica ha venido a crear una gran cantidad de nuevas profesiones prometedoras, propias de la era digital, que mujeres y hombres han buscado con igual avidez.

Como tal, si a principios del siglo XX, EDP era una empresa constituida mayoritariamente por ingenieros y electricistas, ahora, aunque el número de hombres sigue claramente superior que el de las mujeres, el Grupo integra una gran variedad de profesiones. 

Mujeres y hombres, de varias nacionalidades y antecedentes académicos, trabajan juntos, reflejando la idea de que la diversidad genera creatividad, eficiencia y buenos resultados.

Comunicación de género neutral

Sara Miguéns trabaja en EDP hace 6 años, en un área que no es "novedad" entre las mujeres: la comunicación. Formada en Comunicación Estratégica y con una maestría en Gestión del Cambio, fue en el área de las Tecnologías de Información que Sara Miguen acabó por aplicar sus conocimientos.

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Siempre he trabajado más con mujeres porque las áreas de comunicación tienen siempre más mujeres. Sin embargo, la Dirección para la que yo trabajo está predominantemente constituida por hombres. El cambio fue complejo porque son energías diferentes, son dinámicas diferentes y los desafíos de trabajar con personas típicamente diferentes son mayores.

Sara Miguéns, Digital Global Unit

Es parte del sentido común que trabajar con hombres o mujeres es igual, no habiendo diferencias a nivel de competencia, dedicación o conocimiento que estén directamente relacionadas con el género. Sin embargo, hombres y mujeres no son iguales y, en el área de comunicación interna, Sara tiene noción de ello.

"Los eventos que hacemos, por ejemplo, tienen que estar muy direccionados porque nosotros tenemos mujeres (ya muchas), pero tenemos sobre todo hombres. Y por lo tanto tenemos que tener mucho cuidado para no sea obligado para ninguno, pero que sea equilibrado para todo el mundo ", revela. Este es el caso cuando se intenta organizar un taller de danza para los colaboradores, o un partido de fútbol - resulta difícil complacer a todos.

Sara considera que está "haciendo la diferencia en el contexto de IT siendo mujer, porque es fundamental que todos perciban que, a pesar de ser mujeres o ser hombres, podemos ser competentes y podemos trabajar en cualquier contexto", defiende.

Una líder en un sector "de hombres"

La palabra líder no difiere según el género y podemos decir que Jacinta Carvalho personifica eso mismo. Con una actitud «out-of-the-box», como se describe, y una voluntad contagiosa, está en EDP hace 18 años y actualmente es la responsable del Centro de Excelencia de Robotic Automation, de EDP Valor.

La Robótica Industrial fue su área de especialización cuando se graduó en Ingeniería Informática y Computadores en el Instituto Superior Técnico y es con pasión que describe el potencial del sector y de su departamento. Sus responsabilidades pasan por identificar tareas repetitivas, que sean críticas para el negocio, y que puedan pasar a ser hechas por un "robot" (que en realidad es un software), de forma automática.

A través de la robótica, los seres humanos pueden dedicar mucho más tiempo a tareas que agregan valor. La organización manual y clústerización de datos es una tarea larga y propensa a errores, que antiguamente tenía que ser hecha por personas. Ahora, con la ayuda de las máquinas, los humanos pueden acceder fácilmente a los datos ya organizados y dedicar su tiempo a lo que realmente les interesa: analizar resultados y definir estrategias.

Jacinta Carvalho hace un "esfuerzo" consciente por reclutar el 50 % de mujeres y hombres para su equipo, estando en línea con las políticas de diversidad e inclusión del Grupo EDP.

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Más que trabajar con hombres o mujeres, queremos trabajar con personas que sean interesantes, proactivas y orientadas a resultados. Y eso es mucho más importante que el género.

Jacinta Carvalho, EDP Valor

La nueva generación de mujeres EDP

María Nogueira forma parte del grupo de 30 trainees que inició su actividad este año en EDP: 15 chicas y 15 chicos. A los 22 años, se considera muy joven para percibir algún tipo de discriminación femenina, aun habiendo realizado un recorrido académico en un área que se podría considerar típicamente masculina: Ingeniería Informática, con especialización en Algoritmos de Big Data y Machine Learning.

"Mi área de formación es sin duda mayoritariamente masculina. En mi curso por ejemplo, en el año en que entré a la facultad, éramos 150 alumnos al entrar y apenas 15 chicas. Por lo tanto para mí es normal estar presente en una sala en la que son sólo chicos y yo soy la única chica", confirma.

Esta generación ve la igualdad de géneros como algo natural, fruto de una evolución que ya se ha hecho en generaciones anteriores. El trabajo ya es algo también "de mujeres" y las tareas domésticas ya son para dividir en partes iguales - esto es sentido común. Aunque, por supuesto, todavía queda mucho por mejorar.

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En la generación de mis padres [la igualdad de género] no era bien una realidad y los hombres todavía tenían la idea que las mujeres debían ocuparse de la familia. Pero creo que, cada vez más, ellos saben que si no hacen esa parte, o sea, si no comparten las tareas, si no comparten el cuidado de los hijos, no van a llegar muy lejos... porque las mujeres tampoco lo aceptan.

María Nogueira, Trainee Classe 2019

La conciencia del problema

"El mansplaining ocurre cuando un hombre explica algo a una mujer de una forma paternalista, arrogante, condescendiente, y, típicamente, se utiliza cuando en verdad la mujer hasta es más capacitada sobre el tema que el hombre." La explicación nos la da Tomás Moreno, Asesor del Consejo de Administración de EDP Innovación. 

Tomás Moreno no puede hablar por todos los colaboradores, pero de hecho era consciente de la existencia de este concepto, que se volvió popular a través de "memes" en Internet. Reconoce que EDP es una empresa que se preocupa por la diversidad y que, en el lugar de trabajo, el papel de las mujeres no difiere del de los hombres.

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Es importante que haya cada vez más mujeres porque la diversidad típicamente lleva a equipos más creativos, más eficientes y más eficaces y eso es lo que se busca en cualquier empresa.

Tomás Moreno, Asesor del Consejo de Administración de EDP Innovación

Tener colaboradores conscientes de la posibilidad de discriminación, aunque involuntaria, es de hecho uno de los objetivos de la empresa. Por esa razón se creó la formación en Sesgo Inconsciente, en la que Tomás Moreno también participó.

El curso comenzó en 2017, se han capacitado a más de 1600 empleados y consiste en un despertar de la gente a la idea de que, a menudo inconsciente y automáticamente, nos condicionamos nuestras decisiones en base a las ideas preconcebidas o a los estereotipos. La conciencia de este proceso permite que «siempre que estemos tomando una decisión, estemos conscientes de que nuestro cerebro está tomando una decisión sesgada y podamos proactivamente corregirlo», explica Tomás Moreno.

Tomás Moreno considera que EDP es «una empresa con una herencia algo pesada, de muchos años de cultura y reclutamiento» que vinieron de alguna forma a condicionar la diversidad y ha llevado a que aún no se encuentre en una situación ideal. Sin embargo, la compañía se ha comprometido a contratar el 27 % de mujeres para el 2030, un objetivo que refleja la voluntad de seguir "el camino que se debe seguir."

¿Qué piensan las mujeres?

Aunque la EDP, el mercado de trabajo y la sociedad en general están dando pasos importantes para tratar de igual manera a hombres y mujeres, no son raras las situaciones caricaturescas que las mujeres ya han experimentado, sólo por ser mujeres, en su vida personal o profesional.

La presión social para que ande bien vestida, use tacones altos o esté maquillada todavía es una realidad. Por otro lado, la necesidad de acompañar a la familia, de ser la primera cuidadora de los hijos en situación de enfermedad, o de realizar tareas domésticas, es un peso extra que no está dividido igualmente entre marido y mujer. Y eso tiene, obviamente, consecuencias a nivel de progresión en su carrera profesional.

En las palabras de Jacinta Carvalho, "para ser distintivos y poder ir más allá, es necesario algún tiempo. Tiempo para estudiar, leer, hablar con personas y confrontar ideas… y ahí sí, creo que las mujeres, por tener menos tiempo libre -por tener que balancear la vida familiar con la vida laboral, más que la mayoría de los hombres- para distinguirse en el mercado de trabajo, tienen que hacer un esfuerzo superior.

Aunque hay evolución, cuestiones como "¿Cómo logra dejar a sus hijos solos?" O "¿Su marido acepta esa situación?" Todavía confrontan a las mujeres, incluso a las que ocupan altos cargos en empresas. Pero "el camino se hace caminando" y es poco a poco que la sociedad y el tejido empresarial van aceptando a las mujeres como dueñas y señoras de su destino.

El compromiso EDP

La igualdad de género es una de las prioridades de EDP a nivel de responsabilidad social, siendo uno de los objetivos de la Política de Diversidad e inclusión de la empresa. Esta pretende asegurar el principio de igualdad en las áreas de reclutamiento, formación, gestión de carrera, remuneración y beneficios sociales, entre todos los colaboradores.

EDP ve la diversidad como algo que aporta valor añadido al Grupo, por lo que debe ser fomentada a través de acciones concretas en el día a día. Estas pasan por la creación de conciencia, junto a los colaboradores, para situaciones de desigualdad o prejuicio, pero también por la identificación de posibles barreras para la igualdad - y medidas para superarlas.

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El objetivo es crear una cultura diversa e inclusiva. Es importante tratar el tema y posicionarlo estratégicamente en la gestión de personas de la organización, promoviendo el respeto mutuo y reconociendo las diferencias como fuente de fortalecimiento e innovación.

Paula Carneiro, Directora de Recursos Humanos del Grupo EDP

Algunas de las medidas se aplican a la mejora del equilibrio entre la vida personal y profesional de los colaboradores, otras intentan involucrar a la sociedad. Este fue el caso de "Etiqueta Tu Futuro" que, en Portugal, afectó a más de 5000 estudiantes con el objetivo de alentarlos a seguir sus sueños de carrera y luchar contra las ideas preconcebidas acerca de las profesiones que deberían seguir.

La creación de numerosas asociaciones estratégicas - con el Foro de Organizaciones para la Igualdad, la Portuguese Women Network y Portuguese Women in Tench, la Asociación Portuguesa para la Diversidad y la Inclusión - o, más recientemente, la participación en la campaña Equal by 30, hacen parte de un esfuerzo colectivo y transversal del Grupo para impulsar la empresa y la sociedad hacia una mayor igualdad y justicia de género y no sólo eso.

Del "lado derecho" de la historia

Por motivos genéticos o construcción social, mujeres y hombres se organizaron desde el principio para tener funciones complementarias para el mejor funcionamiento de la familia y, en última instancia, para la supervivencia de nuestra especie.

Sin embargo, estas funciones, o papeles, se han cuestionado. ¿Por qué es la mujer, y no el hombre, quien prepara las comidas de la familia, en caso que sea él quien tenga mayor talento culinario? ¿No tendrán los hombres también el derecho a se les dé la oportunidad (y la educación, en la familia y la escuela) para ser los principales cuidadores? ¿Y las mujeres, habituadas a estar haciendo la gestión del hogar, no serán las más capacitadas para gestionar equipos, proyectos y administrar empresas?

La lucha por la igualdad de género no es más que la búsqueda del individuo por el derecho a su auto determinación, independientemente de prejuicios o estereotipos. Siendo esta auto determinación el deseo de asumir funciones de cuidador (a) de la familia, de buscar una carrera exitosa, o ambos. 

Es importante que la familia sea el núcleo de esta línea de pensamiento, pues es a partir de ahí que se puede propagar por toda la sociedad. Pero, como las sociedades son organismos multifacetados, que comunican de forma multidireccional, el Estado y las empresas tienen también un papel que desempeñar en esta lucha. Una lucha en la que el Grupo EDP se enorgullezca de participar, diseminando los valores del futuro, y estando por ello en el camino correcto.