EDP acaba de completar la instalación de la primera unidad de desnitrificación en España, en la Central térmica de Aboño. Al mismo tiempo, se llevan a cabo las obras de una instalación similar en el Grupo 3 de la Central Térmica de Soto de Ribera, que se completarán en los primeros meses del próximo año.
La puesta en marcha de estas unidades en las dos centrales EDP en Asturias las dota de la mejor tecnología disponible para el control de emisiones y aumenta su vida útil, al menos hasta diciembre de 2030.
El valor de la inversión actual de EDP en la construcción de estas instalaciones en España es de 90 millones de euros, consecuencia de la decisión de proporcionarles la mejor tecnología disponible, contemplando de este modo un traslado a España de la Diretiva da União Europeia de Emissões Ambientais 2010/75.
Después de este proyecto, EDP habrá invertido más de 200 millones de euros en la última década en mejoras ambientales de sus centrales de producción en Asturias. Este nivel de inversión, así como la eficiencia de operación y mantenimiento de los grupos de producción, transforma las plantas EDP en las más eficientes del país.
 

Estas inversiones medioambientales se han hecho ya en Portugal, en el centro de Sines, entre los años 2008 y 2011, con un monto de inversión total de 326 millones de euros, como consecuencia de la apuesta estratégica del Grupo EDP por la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Con una capacidad instalada de 1.180 MW, Sines es actualmente una de las plantas más eficientes en la Península Ibérica, con un papel clave para asegurar el abastecimiento del país, particularmente en años con bajo nivel hídrico y eólico como ocurrió en 2015.
Las centrales térmicas tienen cada vez más un papel de backup indispensable en los sistemas eléctricos con un fuerte componente de fuentes renovables intermitentes, como en el caso de Portugal y España, teniendo el carbón un papel principal en relación con el gas natural, como resultado de los precios del mercado europeo de licencias de CO2 y el consiguiente menor coste de producción. La competitividad de Sines ha permitido maximizar la capacidad de producción en el mercado.
EDP tiene ya el 70% de su capacidad de producción basado en energías renovables.