El lobo ibérico (Canis lupus signatus) es una subespecie endémica de la península ibérica y la especie más amenazada en Portugal, con su estatuto nacional clasificado como «en peligro». A finales del siglo XX, los impactos antropogénicos aumentaron en la zona de distribución de esta especie, principalmente debido a la creciente construcción de carreteras e infraestructuras energéticas (energía eólica e hídrica), así como a los frecuentes incendios forestales. Desde el año 2000, esta especie se ha mencionado específicamente en la legislación de la EIA (Avaliação de Impacte Ambiental, en portugués). 

En el año 2006, EDP Renováveis, junto con otras empresas eólicas que funcionan en la región del lobo ibérico, financiaron la Asociación para la Conservación del Hábitat del Lobo Ibérico (ACHLI) y reconocieron el reto de equilibrar la producción eólica en la zona y la protección del lobo ibérico en su entorno. El objetivo era preservar colectivamente paisajes naturales y culturales en zonas sensibles de la región y desarrollar proyectos que beneficiarían la conservación del hábitat del lobo ibérico. Todos los proyectos consideran el estado actual de las manadas de lobos dentro de las zonas meta, así como el entorno socioeconómico, que en muchos casos es esencial para el éxito de los proyectos. 
 

Sensibilizar y concienciar

El enfoque de gestión de la ACHLI se basa en un proceso participativo de múltiples interesados que aboga firmemente por la participación de actores locales, tales como municipios, juntas de alcaldías, propietarios, entidades de gestión de zonas de caza, ONG locales, entre otros. En el marco del procedimiento de jerarquía de la mitigación, las diferentes acciones de minimización, compensación y monitorización involucran acciones de conservación y sensibilización en tres objetivos principales: la promoción de la abundancia de presas naturales para los lobos ibéricos, la reducción de la perturbación humana y la reducción de los conflictos con la población. 

Desde el año 2006, la asociación ha participado activamente en las fases de diseño y construcción de 102 parques eólicos, de los cuales diez pertenecen a EDP, y solo 46 tuvieron una evaluación obligatoria de impacto medioambiental. Todos los demás fueron compromisos voluntarios de los promotores de los parques eólicos. Se desarrollaron más de 218 proyectos y, en el año 2010, el éxito de la asociación condujo a una ampliación territorial de sus actividades más allá de la región inicial de energía eólica.

A partir del enfoque de los miembros, se ha observado un claro beneficio al trabajar colectivamente en este reto común. Las sinergias permitieron que los proyectos de conservación se concentraran más allá de la responsabilidad de los miembros, lo que benefició a esta icónica especie portuguesa en peligro de extinción.